miércoles, 26 de diciembre de 2007

Carta a El Mercurio: "Un caso estremecedor"

Sr. Director
Diario "El Mercurio"

UN CASO ESTREMECEDOR

Desde hace tres años dirijo el Servicio de Quemados del Hospital de Urgencia Asistencia Pública. Ese es el centro de derivación nacional para pacientes Quemados Graves. Tratamos alrededor de cien de estos pacientes al año y van en aumento. Detrás de cada uno de ellos hay una historia estremecedora que nos remece y nos compromete. El riesgo de fallecer supera el 50%. Nadie sobrevive sin secuelas.

Sin embargo, aún así, hay casos particularmente estremecedores tanto por la situación que lo genera como por sus consecuencias para toda la vida.

Hace casi una semana recibimos, trasladado Hospital "Gustavo Fricke" de Viña del Mar, un jovencito, un niño de 16 años, gravemente quemado por corriente eléctrica de alta tensión. Al evaluarlo en Pabellón comprobamos, que además del riesgo vital, ya tiene perdidos el antebrazo y la mano derecha, buena parte de la mano izquierda y del pie izquierdo, además de otras lesiones en el dorso y los muslos.

Al informar a los padres nos enteramos que el chico se accidentó trabajando, según se nos dice, en una condición informal, como recolector de paltas en la zona de Longotoma. Proviene de una familia de muy escasos recursos de la comuna de Petorca. Impedido el padre por una enfermedad, él debió abandonar los estudios y comenzar a trabajar para contribuir a sustento del hogar.

En esas condiciones La Garantía que protege a los Quemados Graves permitirá, sin costos para la familia, su tratamiento actual. Sin embargo pareciera que a pesar de que se encontraba trabajando, la informalidad del trabajo no le permitirá hacer uso de los derechos de un "accidentado del trabajo" a la manera de quienes están afiliados por ejemplo a una Mutual.

Eso es grave, aunque consigamos salvar la vida de este niño lo que nos preocupa es su futuro. No se trata sólo del daño actual sino de todas las posibilidades que como consecuencia del daño recibido se le cierran en adelante. No sólo queda limitado en su condición de fuerza de trabajo sino en toda la amplia dimensión de su desarrollo humano.

Nosotros como médicos llegamos hasta salvar su vida y cerrar y curar sus heridas. Tal vez a intentar rehabilitar sus secuelas. Aunque sabemos que en este caso eso será sólo pàrcial. Quisiéramos que alguien se hiciera cargo de buscar la manera de asegurar su futuro. De intentar compensar el daño. De generar condiciones para que la pérdida de sus segmentos corporales no le impida mañana: ganarse dignamente la vida haciendo uso de todas sus potencialidades remanentes, construir una familia y realizarse como persona.

Nuestros pacientes nos conmueven y nos comprometen. En esta particular rama de la cirugía plástica el compromiso no concluye con el buen resultado. Nos lleva más allá a la rehabilitación, a la reinserción social, a la restauración de la continuidad biográfica. A menudo no disponemos o no conocemos los caminos pero los buscamos. Esta carta es una de las maneras de encontrar.


Dr. Jorge Villegas C.
Cirujano Plástico
Jefe del Servicio de Quemados
Hospital de Urgencia Asistencia Pública

Santiago, 23 de diciembre de 2007

La noticia presentada por Teletrece sobre este caso se puede ver haciendo clic en el siguiente vínculo:
http://teletrece.canal13.cl/t13/html/Tele13Completo/2007/12/326425Inq16.html

Para ver dicho video se requiere tener instalado el programa Real Player. La opción de descarga de dicho programa que ofrece el sitio de Teletrece no es la óptima (la versión de prueba dura solamente 14 días). Para descargar una versión básica en español gratis y sin límite de tiempo, haga clic en el siguiente vínculo y siga las instrucciones de dicha página:
http://forms.real.com/

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