domingo, 5 de septiembre de 2010

A propósito de un rumor.

La semana pasada comenzó en un clima de incertidumbre instalado en nuestra Posta Central a partir de peticiones de renuncia. Parecía que la Discrecionalidad estaba de vuelta. La mayoría de los Jefes de Servicio, el soporte científico técnico de la Institución, habían representado su preocupación y esperaban respuesta. De hecho la pidieron por escrito.

En ese contexto con la cara teñida por intensa preocupación me vinieron a informar que se preparaba mi despido. Mi trayectoria no sería compatible con la nueva administración. Era un rumor pero completamente fundado y creíble para los que lo trasmitían. No se atrevían a dar la fuente “para protegerla”

Reaccioné como reaccionan los que aprendimos a vivir en dictadura. Anticipando. Solemos decir “Si ve que llueve en el horizonte, saque paraguas”. Sacarme de una posición profesional, ganada por concurso, me parecía un error. Interrumpir el desarrollo de un proyecto que ha conseguido acercar los beneficios del progreso a pacientes humildes mejorando resultados, aumentando sobrevida, rescatando años de vida precozmente perdidos, me parecía una barbaridad. Pero hay quienes pasaron por encima de todo eso en el pasado. Luego, saqué paraguas. Informé del rumor a mi equipo, mi familia, mi Sociedad, mi Colegio y mis amigos.

La línea de defensa fue la difusión de nuestros resultados contenidos en el Informe de Gestión que yo mismo entregué hace un par de semanas a la nueva Dirección. Estoy seguro que esas tablas y gráficos son capaces de defenderse por si mismos, sin otras explicaciones.

Tres días después voces diversas me han insistido en que sólo fue un rumor sin fundamento. Asumo que así fue. No aporta nada ir mas allá.

Lo que si vale la pena son algunas reflexiones que continúen otras iniciadas hace ¿treinta años?

Revisé escritos anteriores como la carta a Juan Giaconi cuando asumió el Ministerio. Decía “conocemos a Juanito Giaconi, Consejero, amigo de todos, ahora conoceremos a Juan Giaconi Ministro” llevaba implícita la preocupación por como cambia el hacer la posición y la cercanía con el poder. Otra, del tiempo de Jorge Jiménez y Carlos Massad en el Ministerio en la que llamaba la atención “mas allá de los hechos, las creencias constituyen realidades” y otras dirigidas a amigos que llegaron a Ministros mas tarde y fueron, a mi juicio, quedando encerrados en su medio, perdiendo de vista o no capitalizando la experiencia de quienes tienen el real protagonismo en la gestión de salud, en el lenguaje de hoy, los que producimos las prestaciones; permitiendo, otra vez, que el Sector sea mas un territorio de confrontación política o corporativa que una espacio de realización de la Equidad por medio de una política de Estado que trascienda mas allá de la coyuntura .

Lo que me preocupa es la convicción con que me hicieron el anuncio. El temor que transparentaba. La Discrecionalidad está de vuelta. Lo que es un rumor sólo es anticipo de la realidad.

La explicación sencilla es: Son herederos de la dictadura, son la derecha, es esperable que actúen de esa manera.

Pero eso no es verdad. Si lo fuera nuestro horizonte estratégico sería la eterna confrontación. Pero existen derechas con proyectos de país. Hay quienes han llamado a profesionalizar la administración del Estado.

La explicación es más compleja. La Discrecionalidad no sólo se acantona en la derecha. Se acentúa en algunos sectores. Por cierto llegó a extremos en la dictadura pero permea el conjunto de la sociedad, es particularmente afín con quienes ejercen el poder.

Cuando en otra carta dije que llenar los cargos de Dirección por medio de Concursos de Alta Dirección era un progreso significativo, agregué perfectible, porque es un progreso pero no suficientemente vacunado contra la Discrecionalidad y todavía susceptible de nepotismo, cooptación o clientelismo.

Hacerse inmune a la Discrecionalidad tampoco es un acto simple de voluntad. Es un proceso que permita llegar a aquilatar el valor de cada uno en si, en su equipo, en comparación con otros. El Sistema aún no es capaza de hacerlo. Sin Registros adecuados, sin evaluación prospectiva de resultados, sin costeo de prestaciones es muy difícil establecer diferencias. En esas condiciones la mejor alternativa de reemplazo suele ser la evaluación de pares. En ningún caso la confianza política.

Al revés cuando se construyen registros y se evalúa resultados, esos no requieren de explicación. Se constituyen argumentos en si mismos. Esa es otra de las lecciones reaprendidas en este incidente.

El otro valor de incidentes o mini crisis como estas es sacar a luz, dejar en evidencia comportamientos que muestran quien es quién y van definiendo con quien se puede contar y para qué.

Me impresionaron muchos comportamientos. A riesgo de ser injusto quiero citar tres. También un cuarto, el de mi mujer, pero ella es así, me impresiona todos los días, maneja crisis desde siempre, con una sonrisa, con humor, opinión decidida, sin complejos ni sectarismos pero con firmeza y respuesta directa e inmediata. Nacida en otra generación maneja otra transversalidad con menos prejuicios que la mía.

Me volvió a impresionar Iside Bravo, la derechista del equipo, la que hace seis años tomó los antecedentes de Sandra Whitlle y sin conocerme, venciendo sus prejuicios, me encaró y me encaminó hacia la Posta. Ahora de nuevo empujada por el compromiso con su Institución y sus pacientes, liberó la emoción y salió a batallar de nuevo.

Sandra y su equipo de jóvenes intensivistas, el soporte cotidiano de nuestra tarea; dispuestos igual que todos los días a no dejar morir nuestro proyecto y hacer lo que fuera necesario para seguir adelante.

Pedro Vidal, con el que sólo nos une el respeto profesional y la colaboración en la formación de jóvenes cirujanos plásticos, que no es poco, quién desde lejos, fuera de Chile, estuvo dispuesto ha “hacer todo lo necesario, pública y privadamente” para impedir que este rumor se convirtiera en realidad e inició sus propias gestiones.

Cada uno de esos gestos me compromete y me convence que si. que hay posibilidades de progresar de verdad, de alejar las malas prácticas, de construir el Servicio que nuestros pacientes merecen fundándolo en el profesionalismo, dejando la política para el ámbito de la política y el ámbito de la prestación de salud para el ámbito del método científico, la gestión clínica, la bioética; evaluando resultados, optimizando el uso de recursos limitados, seleccionando las alternativas mas costo efectivas para conseguir, como siempre afirmo, poner los beneficios del progreso al alcance de la mayoría. Caminando en el sentido de la Equidad.